El vino se transforma y madura con el tiempo, siempre y cuando se den ciertas condiciones que le permitan alcanzar su máximo potencial. Es por esto que las botellas se guardan en cavas.
Estos depósitos aseguran que las condiciones de temperatura, humedad, luminosidad y quietud se mantengan estables y, a pesar de lo que se podría pensar, no es necesario tener un gran sótano o invertir mucho dinero para tener una cava de vinos en casa.
Beneficios de tener una cava de vinos en casa
La principal ventaja es poder disfrutar de los vinos en su etapa de apogeo, sin pagar el precio que costarían en ese preciso momento. Sin embargo, es importante recordar que la mayoría de las etiquetas son para consumir en el corto y mediano plazo.
A modo de orientación, este es el tiempo recomendable para almacenar un vino:
Cosecha: son ideales para su consumo inmediato o en un plazo inferior a 3 años desde la fecha que indica la etiqueta.
Reserva: para beberlos en su estado óptimo lo ideal el almacenarlos durante 6 a 8 años.
Gran reserva: estos son los vinos de guarda propiamente tal, ya que están pensados para ser conservados durante períodos que superan los 10 años.
Condiciones óptimas para guardar el vino
Para que cada cepa pueda alcanzar su máximo potencial, es necesario proteger las botellas de las condiciones que perjudican su correcta maduración:
Humedad: lo ideal es mantenerla en torno al 70%. Cuando es menor, el corcho tiende a secarse permitiendo que entre aire a la botella, lo que desencadena el proceso de oxidación del vino.
Oscuridad: los rayos UV aceleran el envejecimiento y deterioro del vino.
Temperatura: el calor y los cambios abruptos de temperatura son uno de los peores enemigos del vino. Éstos necesitan de una temperatura que oscile entre 15°C y 20°C, independiente de si son blancos, tintos o espumantes.
Posición: colocar las botellas horizontalmente es clave para mantener la humedad del corcho y, por lo tanto, la botella sellada.
Movimiento: evitar que las botellas se vean expuestas a la vibración o el desplazamiento constante es clave para conservar su calidad y evitar que desarrollen una desagradable textura arenosa.
Cavas eléctricas: diferencia entre temperaturas
Al elegir una cava eléctrica es importante recordar que todos los vinos se pueden guardar a la misma temperatura, por lo que cualquier cava de 1 compartimento sirve para comenzar. La diferencia radica en tener botellas disponibles a temperatura de servicio. Para esto, las cavas de doble compartimento son ideales.
Si bien la temperatura de servicio depende de cada etiqueta, existen rangos referenciales:
Blancos: entre 7°C y 12°C.
Tintos: entre 12°C y 18°C.
Ahora bien, ¿qué tipo de cava es la que necesitas?
Basta con un pequeño espacio para instalar alguno de los modelos en venta en nuestro sitio, como por ejemplo:
Cava de Vino 12 botellas Cavanova de 2 temperaturas, ideal para espacios reducidos.
Cava de Vino 28 botellas Cavanova de 1 temperatura, perfecta para quienes se están iniciando.
Cava de Vino 102 botellas Cavanova de 2 temperaturas para llevar su guarda al siguiente nivel.
No existe un estándar universal que defina a un buen vino: la mejor etiqueta es la que más le gusta a cada persona. En este sentido, tener una cava es una forma asequible de ir conociendo las etapas por las que atraviesan los vinos, para aprender y sentirte como un gran sommelier.
Como ves, no hay que ser millonario para tener una cava de vino en casa y disfrutar las distintas cepas en su mejor momento. Solo hace falta atreverse y probar.
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